El Ayuntamiento de Inca ha lanzado una nueva acción para luchar contra la presencia de orina de perro en las fachadas de los edificios, especialmente de los establecimientos comerciales. Esta iniciativa se enmarca en la campaña de concienciación impulsada por el consistorio de la capital del Raiguer para promover el civismo y la corresponsabilidad por mantener el municipio limpio entre toda la ciudadanía.

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Inca

«Seguimos dando pasos para intentar mantener nuestra ciudad limpia y en buenas condiciones. Por eso, es imprescindible la implicación de todos y todas. Por el incivismo de unas pocas personas todos debemos sufrir malos olores, suciedad… Por tanto , debemos seguir trabajando y desarrollando campañas de sensibilización», explica la concejala de Servicios, María del Carmen Oses.

Por su parte, el concejal de Promoción de la Ciudad, Miguel Ángel Cortés destaca que «los pipis de perros se han convertido en un problema, especialmente para los establecimientos comerciales y los propietarios día tras día se encuentran su fachada llena de orina y deben hacer un sobreesfuerzo para mantenerla limpia y en buenas condiciones».

Así pues, bajo el lema “Aquí no. El pipí me destruye» se pretende sensibilizar a las personas que tienen mascotas para que mantengan limpias las calles y contribuyen a preservar el entorno urbano. El material está especialmente diseñado para colocar en las fachadas de los edificios y evitar así que los perros orinen en estos espacios.

En este caso, la campaña está especialmente dirigida a establecimientos de la ciudad. Por este motivo, el Ayuntamiento de Inca cuenta, una vez más, con el apoyo de la Asociación de Comerciantes y Restauradores de Inca y Activa’t Inca Asociación empresarial, las cuales repartirán entre sus asociados las ferratinas para que las coloquen en sus locales.

En este sentido, cabe destacar que durante los últimos meses ya se han colocado por todo el municipio, banderolas en las farolas que informan de las sanciones por no recoger las colillas, las heces de las mascotas, el estiércol, o para pisar los parterres, entre otros, por seguir luchando contra el incivismo.