El Consell de Mallorca y La Cooperativa Agrícola de Sóller inauguran un puesto en el céntrico mercado de Palma donde exclusivamente venderá productos con el Distintiu Serra de Tramuntana Patrimoni Mundial
El presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés y el presidente de la Cooperativa Agrícola Sant Bartomeu de Sóller, Miquel Gual, han inaugurado esta mañana en el mercado del Olivar el primer punto de venta que abre la entidad sollerica en Palma; y que, además, presenta una peculiaridad: solo comercializará productos con el Distintiu Serra de Tramuntana, es decir, productos que cuentan con el reconocimiento del Consorcio Serra de Tramuntana Patrimoni Mundial por tener garantizado el origen de las materias primas. Al acto de inauguración asisten el consejero de Presidencia, Antoni Fuster, el director insular de la Serra de Tramuntana, Antoni Solivellas, y el alcalde de Palma, Jaime Martínez.
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Los productos de la Serra de Tramuntana llegan al mercado del Olivar
La parada del mercado, subvencionada parcialmente por el Consell, estará gestionada directamente por la Cooperativa de Sóller y tendrá como proveedores, exclusivamente, las empresas y entidades que hayan firmado el convenio de colaboración con el Consorcio, que a día de hoy son diecisiete, trece de las cuales ofrecen una treintena de productos: Cooperativa de Sóller (aceite de oliva, olivas, cítricos, confituras, frutas y verduras), Cooperativa de Pollença (cordero, cabrito y lechona), EcoEstellencs (aceite de oliva virgen extra), Font Sorda (agua), Quesos Tramuntana, Jabón de Mallorca (jabones naturales y aceites esenciales alimentarios), Son Matge (aceite de oliva virgen extra), Miquel Tena (aguacates), Verdegrau (vino), Viñas Mortitx (vino), Son Moragues (mermeladas, embutidos, aceite, frutas y hortalizas) Tejidos Vicens (tela de lenguas) y Viu sa Serra (agenda planificadora).
Este puesto será también un punto de información de actividades respetuosas con la Serra de Tramuntana, realizadas por entidades y empresas culturales que disponen del Distintiu, y que en estos momentos son cuatro: Més Cultura (actividades educativas y culturales), Martin’s walk (guía de montaña), Els Seregalls (espacio de interpretación del olivar) y Fundación Vida Silvestre (actividades educativas y ambientales).
La oferta se irá ampliando a medida que el Consorcio vaya firmando más convenios de colaboración con las empresas y entidades que cumplan los requisitos para poder promocionarse con el Distintiu Serra de Tramuntana. Por ahora, se están tramitando las solicitudes de Licores de Mallorca (Sóller), Mel Vici (Alaró), vinos Terra IóN (Andratx), frutos secos de Agrícola de Promociones (Palma) y Jardines de Alfàbia (Bunyola).
El proyecto nace de la necesidad de mejorar la comercialización de unos productos que no pueden competir en igualdad de condiciones con ofertas de zonas más productivas, dado que la orografía difícil de la sierra dificulta la implementación de tecnologías y técnicas más modernas de cultivo.
El presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, ha destacado que “apostar por los productos Distintiu es apostar por la supervivencia de la Serra de Tramuntana, es la mejor manera de apoyar a los actores clave en la protección del paisaje cultural de la Serra de Tramuntana”. Además, ha señalado que “los productos y servicios con el Distintiu contienen la herencia de una forma de hacer basada en el esfuerzo, la dedicación y el respeto por el entorno”.
En este puesto trabajarán dos empleadas de la Cooperativa y estará abierto al público de lunes a sábado, de 9 a 14.30 h.
Para el presidente de la Cooperativa, Miquel Gual, este espacio «representa el esfuerzo de los campesinos para seguir haciendo productivo un lugar que es tan bonito como difícil de trabajar. Acercando nuestros productos a los residentes y visitantes de Palma en un mercado municipal como el del Olivar, estamos apostando por el comercio de proximidad y por un modelo económico más sostenible».
La Unesco declaró patrimonio mundial la sierra de Tramuntana en la categoría de paisaje cultural, el 29 de junio de 2011, al considerarla un lugar con valor único, excepcional en el mundo, fruto del intercambio de conocimientos entre culturas a lo largo de los siglos. Es, por lo tanto, un territorio vivo y su supervivencia pasa por la viabilidad de las actividades tradicionales, agrícolas y ganaderas, que durante décadas han posibilitado moldear este paisaje que hoy disfrutamos.